miércoles, 30 de diciembre de 2015

Las diferentes caras del monosexismo

L'existence précède l'essence, Jean-Paul Sartre


Este artículo empieza con la famosa cita de Jean Paul Sartre “l'existence précède l'essence” (la existencia precede la esencia) de su famoso texto “l’exitentialisme est un humanisme” (el existencialismo es un humanismo). Allí, Jean Paul Sartre cuestionó la tradición metafísica occidental anterior que anteponía la esencia a la existencia siendo, para esta tradición, la esencia una realidad más universal, fundamental e inmutable que la existencia misma, que sería particular y contingente. El giro existencial sartriano, ya empezado por Kierkegaard, coloca la existencia no solo anteriormente a la esencia sino que postula que la existencia acaba constituyendo la esencia misma. En esta línea tenemos la frase tan conocida de Simone de Beauvoir “on ne nait pas femme, on le devient” ( no se nace mujer, se llega a serlo).

La diferencia entre “esencia” y “existencia” se puede remitir en la historia de la filosofía a la obra de Boecio, pero es Santo Tomás de Aquino en su “de ente et essentia” ( sobre el ser y la esencia) donde elaboró esta diferencia y donde afirmó, dentro del marco conceptual de la disputa sobre los universales, que se podía tener una esencia sin existencia y una existencia sin esencia. Para de Aquino essentia est id quod per diffinitionem significatur (esencia es aquello que se entiende por la definición de una cosa) mientras que la existencia es el “actu existens” ( el acto de existir).

Esta diferencia entre “existencia” y “esencia” proveniente del escolasticismo puede servirnos de base conceptual para entender los mecanismos sobre los cuales el monosexismo se legitima y perpetua. De la misma derivo dos formas principales que podemos tener para entender el monosexismo, a saber, monosexismo absoluto y monosexismo relativo. Dentro del monosexismo relativo habría dos subgrupos, el monosexismo substancial y el monosexismo formal.

Monosexismo absoluto


El monosexismo absoluto niega la esencia ( aquello que se entiende por la definición de una cosa) de la bisexualidad y la existencia de las personas bisexuales ( las personas "de carne y hueso" a las que haría referencia Unamuno); lo cual supone, stricto sensu, una erradicación total y absoluta. Este tipo de monosexismo, a diferencia de lo que suele pensarse dentro del activismo bisexual normativo, no suele darse porque si se diese ni siquiera se podría hablar de bisexualidad, perdiendo el monosexismo su propia razón de ser exclusivamente basada en la negación de las plurisexualidades.

Monosexismo relativo formal

El monosexismo formal niega la existencia pero no la esencia  de la bisexualidad; es decir, este tipo de monosexismo niega la existencia de las personas bisexuales pero reconoce la bisexualidad como esencia ( algo de lo que se pueda hablar), aunque sea una esencia muerta, como quien habla de animales quiméricos como el Yeti. Por ello, se puede hablar de ella y se pueden construir razonamientos en base a la misma como quien puede decir “el Yeti anduvo tres kilómetros por el Himalaya”. Generalmente se usa el concepto “bisexualidad” en este sentido para legitimar el monosexismo en frases donde la bisexualidad ya de antemano está negada como, por ejemplo, “la bisexualidad no existe”. El decir “la bisexualidad no existe” equivaldría a decir desde esta perspectiva  monosexista “el Yeti no existe”, es una frase que no proporciona ningún tipo de información nueva ya que el predicado está implícito en el sujeto. A este tipo de juicios se los llama dentro de la filosofía “analíticos”. Otro ejemplo de juicio analítico es “una persona soltera no está casada” a diferencia de juicios sintéticos que sí proporcionan información nueva como, por ejemplo, “la mesa es redonda” ( o cuadrada o romboidal).

Por ello, el hacer uso de la afirmación “la bisexualidad no existe” no es para explicar nada sino para reafirmar una creencia que se tiene y para imponer una visión del mundo monosexista que se refuerza por mecanismos de interpelación e iterabilidad. Este tipo de monosexismo no está interesado en erradicar la bisexualidad como esencia ( algo de lo que se pueda hablar) ya que, de hacerlo, se desarmaría a sí mismo al no poder hablar de la no- existencia de la bisexualidad. Por el contrario, la existencia, desde este tipo de monosexismo, está negada en el presente pero no necesariamente en el pasado o en el futuro; por eso este tipo de monosexismo, aunque niegue la existencia de las personas bisexuales en el presente puede reconocer la existencia de las mismas en un futuro utópico o en un pasado primigenio ya sea colectivo, como ciertas corrientes antropológicas defienden, o individual, como diría el psicoanálisis freudiano, lo cual supone una alienación en relación con la situación presente de las personas que se identifican como bisexuales y cuya existencia nunca se ve realizada.

Monosexismo relativo susbtancial

Por el contrario, el monosexismo substancial niega la esencia pero no la existencia. Este otro tipo de monosexismo relativo consiste en reconocer que las personas bisexuales existen pero la bisexualidad no ( no es algo de lo que se pueda hablar). Aunque las personas bisexuales existamos y se pueda estar con nosotras, vernos o sentir nuestra presencia de otra manera, no somos realmente bisexuales porque la bisexualidad no tiene cabida como algo de lo que se pueda hablar.  En consecuencia, la bisexualidad tampoco es algo sobre lo cual podamos construir reivindicaciones basadas en derechos humanos/civiles/políticos/culturales/económicos/sociales o libertades fundamentales. Desde esta perspectiva, en realidad las personas bisexuales son realmente personas monosexuales que van alternando entre dos monosexualidades, estando en una fase de promiscuidad y confusión. Por ello, las personas bisexuales están oprimidas en tanto que homosexuales y están privilegiadas en tanto que heterosexuales de lo cual si se puede hablar ya que tanto heterosexualidad como homosexualidad remiten a esencias. Que sean dos esencias separadas o una única dependerá del marco conceptual utilizado.


Desde cualquier tipo de concepción monosexista se llega a la misma conclusión; es decir, a la monosexualidad por defecto tanto como esencia y como existencia, como creo que bien ha mostrado wuwei en este artículo que me ha servido de inspiración para redactar este que estás leyendo:

https://reflexionesdegeneradas.wordpress.com/2015/12/29/monosexualidad-por-defecto/

Desde mi punto de vista, el activismo bisexual normativo lo que ha hecho en los últimos años es centrarse en reivindicar la bisexualidad como esencia. Se nace bisexual, se es 100% bisexual etc olvidándose de la existencia como ya he escrito en este artículo:

http://articulosbisexualidad.blogspot.dk/2015/10/ser-bisexual-estar-bisexual.html 


Yo, por el contrario, reivindico la existencia antes de la esencia pero, independientemente de nuestra perspectiva personal, creo que la lucha contra el monosexismo sería más efectiva y liberadora si sabemos acercarnos a cómo funciona el monosexismo desde sus diferentes formas ya que, en tanto que estructura de poder, su fuerza radica no solo en su caracter interseccional y transversal con otras estructuras de poder sino que también en el equívoco que provoca desde diferentes configuraciones ya sean de tipo absoluto, relativo- substancial o relativo-formal.