sábado, 1 de noviembre de 2014

AUTOCONCIENCIA BISEXUAL EN UN MUNDO DOMINADO POR EL MONOSEXISMO



 
( diseño de Shiri Eisner)

A lo largo de mi camino como actiBista me he involucrado en diferentes contextos con diferentes tipos de personas para desarrollar un actiBIsmo que ha variado mucho tanto en forma como en contenido, aunque el mínimo común denominador siempre haya sido la bisexualidad o la bifobia.

Me he visto involucrado en contextos queer donde a través de la autogestión hemos intentado elaborar estrategias anti-monosexistas en los mismos contextos queer, tan dominados algunas veces por una agenda política que poco tiene que ver con una política queer y mucho con una política “feminista radical” ( es decir, un tipo de feminismo de la segunda ola esencialista, dicotómico, trans/bifóbico y biologicista).

Todavía no entiendo como gente de la asamblea ”transmaricabollo” de Madrid no usa la bandera queer en sus asambleas o manifestaciones sino que usan la misma que es empleada para anunciar macrofiestas de tipo neoliberal y capitalista o es utilizada en el activismo identitario cishomonormativo institucionalizado, es decir, la del arcoíris. O más bien sí lo entiendo, porque de un activismo tan centrado en culos, ovarios, coños ETC y con tan poca idea de la transversalidad y la intersección entre las diferentes estructuras de poder no se puede esperar gran cosa.

Y es que realmente, dentro del estado español, el activismo queer no se desarrolla en ese tipo de asambleas sino que dentro de ciertos espacios autogestionados ocupados o en grupos independientes en donde se escriben diversos zines y textos como, por ejemplo, el “manifiesto Bicioso” de Mononoke y Mia Farrow Biciosa”.

( En la imagen, bandera queer)

También me he visto involucrado en grupos LGTB regionales ( cuando digo regionales me refiero a Dinamarca) y en la creación de los mismos, donde he comprobado que la bifobia no es simplemente una cuestión de prejuicios sino que está inscrita dentro de una forma de ver el mundo cishomonormativa, tan imperante en contextos LGTB. He comprobado en múltiples ocasiones que hay una infinidad de presupuestos que, por inercia, aparecen en las agendas y no son cuestionados aunque tengan un sesgo claramente bífobo. Tendemos a repetir “por sentido común” formas de hacer política que son totalmente opresivas y verticales.

También he visto en esos contextos, como intereses personales muchas veces socavan y banalizan toda una lucha política donde la instrumentalización y el gamonalismo están totalmente al orden del día.

Internacionalmente he cooperado con diferentes personas y organizaciones bisexuales y, de esta manera, he comprobado la gran variedad de tipos de actiBismo que se puede desarrollar bajo el espectro “bisexualidad” y “bifobia”.

Por último, también he desarrollado actiBIsmo de una manera individual o bien escribiendo artículos para diferentes tipos de revistas, periódicos, o ahora para este blog.

Durante una temporada desarrollé mi actiBIsmo en Danés, durante otra en Inglés y últimamente lo hago en Castellano.

De lo que me he dado cuenta a lo largo de todo este proceso es del diferente grado de autoconciendia adquirido por diferentes personas bisexuales. El feminismo de finales de los años 60 entendió que al estar las mujeres* aisladas unas de otras en sus casas, muchos de sus problemas se entendían como personales y no como formas estructurales de opresión.  A través de reuniones y discusiones en grupos de toma de conciencia, muchas de estas personas acababan políticamente conscientes de su situación, siendo la autoconciencia el primer paso contra la opresión patriarcal.


Estos grupos feministas estaban inspirados por una ideología marxista y, específicamente, por las ideas de explotación, alienación y hegemonía. Concretamente, Antonio Gramsci se anticipó a Foucault y Bordieu cuando habló de Hegemonía. Según este concepto, las clases dominantes no están solo bajo el control represivo del estado ( el cual se podría derrocar si fuese solo así) sino que están también en control del sistema educativo, de las instituciones religiosas y de los medios de comunicación. A través de estas instituciones, las clases dominantes imponen sus valores en las clases dominadas para perpetuar un estado de homogeneidad en el pensamiento y en la acción, así como una restricción de la temática y el enfoque de las producciones, significaciones y representaciones humanas. Una toma de autoconciencia es, entonces, fundamental para romper con este sistema hegemónico de poder así como con la mátrix de pensamiento único totalizador.


( El verdadero centro del cambio revolucionario nunca es meramente las situaciones opresivas de las cuales intentamos escapar, sino aquella pieza del opresor que está profundamente insertada dentro de nosotras. Audre Lorde)

Pues bien, en relación con el actiBIsmo, vi ayer dos tipos de acciones bisexuales desarrolladas sincrónicamente dentro de las redes sociales y que me parecen ejemplos paradigmáticos.

1)   Por un lado, hubo personas que estuvieron luchando para establecer una secretaría bisexual dentro de ILGA y que, después de su aprobación, han celebrado esta iniciativa.


2)   Por otro lado, hubo otras personas ( con acceso a los mismos grupos de Facebook y , por ende, a la misma información) que, a lo que se pusieron a celebrar fue Halloween ( el día de todos los muertos) con imágenes de calabazas y fantasmas con los colores de la bandera bisexual.


Me llama mucho la atención esto porque es algo que he visto en repetidas ocasiones. Por un lado hay un activismo bisexual ( si se le puede llamar activismo) que no ha llegado a esa autoconciencia de la que he hablado antes  y se centra en aspectos relacionados con una simbología o subcultura bisexual identitaria y punto final. He mencionado el ejemplo de calabazas bisexuales pero también se ven diseños de otras cosas “BI”. En esta línea hay grupos de personas bisexuales, como uno de los grupos de bisexuales de Copenhague, en cuyas actividades se incluye tomar café juntxs, jugar a la petanca o ir al cine, todo esto con una bandera bi a todas partes. En otras ocasiones este tipo de activismo, hace referencias a famosxs bisexuales que dicen cuatro tonterías, generalmente cisexistas, racistas y binarias, y que aunque no tienen absolutamente ningún vinculo con un movimiento político bisexual, son motivo de celebración y veneración como “referentes”.

( Diseño de Shiri Eisner)

Aunque estas actividades a las que hago referencia pueden ser divertidas, entretenidas y, algunas veces, hasta interesantes, no son necesariamente políticas desde una perspectiva de derechos civiles, políticos, económicos, culturales, sociales y humanos. ¿ dónde queda toda la violencia, marginación, explotación y falta de empoderamiento estructural que viven las personas bisexuales? ¿donde están tenidos en cuenta de una manera seria en estas “acciones” todos los datos de depresión o suicidio sobre la población bisexual? ¿ donde constan las deportaciones por ser bisexual y no el estar acogidx dentro de una ley de asilo o las violaciones correctivas que sufren muchas personas bisexuales leídas como mujeres por ser consideradas como falsas heterosexuales?

Por ello, creo que el activismo bisexual necesita todavía de una  mayor toma de autoconciencia. Los problemas de las personas bisexuales son reales y necesitan ser discutidos en serio por personas bisexuales y tomados en cuenta por las mismas personas para encontrar una solución a la situación de opresión estructural que vivimos. Desde mi experiencia, puedo decir que donde he visto que se ha adquirido un grado de autoconciencia elevado dentro de la comunidad bisexual ha sido dentro del estado español y en diferentes contextos de Abya Yala; en muchísimos otros lugares todavía estamos en la fase de lo anecdótico, lo infantiloide o lo gracioso y no se llega a entender la relevancia de una política bisexual más allá de la "bisibilización". Obviamente, una persona como yo que se considera queer, feminista, anticapitalista, antirracista, anti-biologicista, postestructuralista, anarquista y en continuo proceso de deconstrucción encuentra bastante poco interés en todos estos memes o símbolos a los que hago referencia y con los cuales me encuentro bombardeado en múltiples ocasiones.

Una autoconciencia bisexual es el primer paso a la destrucción del monosexismo. Ya es hora de crear puentes y otros caminos que faciliten una mayor toma de conciencia bisexual a nivel global para así poder desarrollar un activismo empoderado desde una conciencia interseccional y transversal. Todavía hay un largo camino por recorrer, pero el primer paso es que tomemos autoconciencia colectiva desde la solidaridad y el respeto a la diversidad.




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